Por Marcela Varela
¿Homenaje? ¿Recordatorio? ¿Efemérides de la muerte, la esclavitud y la explotación sexual? Un poco de todo. Las que tenemos la dicha de ser tratadas bien, no sé si los 365 días del año, hoy decimos: ¡Presente! Por una causa que es nuestra; mantener viva la memoria de la sociedad para que la justicia castigue con todo el peso de la ley a aquellos que matan, esclavizan, violan y prostituyen a mujeres y niñas.
Combatir la cacería de “brujas”, es el compromiso que tenemos que asumir; suena fuerte pero es así, cuántas mujeres murieron víctimas de una hoguera doméstica, a manos de un verdugo que dice amarlas con un amor “sagrado”.
Concienciar a las mujeres víctimas de la violencia doméstica que son horadadas psicológicamente para no denunciar los golpes que tarde o temprano, le marcarán el cuerpo, el alma o le arrancarán la vida.
Como sociedad entender que los pobres no pueden elegir, que debemos dejar atrás el pensamiento mítico de que la prostituta se prostituye porque gana el dinero fácil.
En primer lugar, se trata de una trabajadora sexual que la prostituyen. Algunos me dirán,” porqué no van a lavar pisos”, como si emplearse para doméstica fuera tan fácil en los tiempos inseguros que corren.
Acaso no saben, que les están pagando menos de 10 pesos la hora y pretenden que rindan por diez; sin olvidar que son abusadas física y psicológicamente, y callan por no perder la fuente laboral.
Se contrata mano de obra extranjera porque están desamparadas y como vienen de la más ultrajante miseria no pueden alzar la voz y se conforman porque “acá se vive mejor”.
Es muy fácil mirar la realidad subidos a la cima de una montaña; todo se ve nimio. Esto es un problema de los “otros”, del ” Estado”.
No es así. Es una problemática social que requiere del compromiso de toda la ciudadanía. Ante el Estado tenemos la responsabilidad de exigir leyes más severas pero de cumplimiento efectivo.
Los comunicadores y los medios de comunicación tienen que colaborar en la desmitificación de la víctima -victimario; basta de crímenes pasionales, hablemos de feminicidios.
Nada justifica matar, ni los celos, ni la infidelidad, ni el amor no correspondido.
Con sacar el rubro 59 o cerrar prostíbulos no se erradica la prostitución. El Estado debe garantizar un trabajo digno para todos.
Oriel Briant, Alicia Muñiz, Carolina Alo, Sandra Cabrera, Sandra Ayala Gamboa, Wanda Taddei, Marita Verón, las mujeres de la masacre de La Loma en La Plata, por mencionar algunas víctimas de la violencia, de la explotación sexual y del feminicidio.
Aún quedan cientos y cientos que esperan ser salvadas.
Mujeres del mundo, el amor tiene espinas pero no confundan un rosal con un cardizal; si las aman no las harán sufrir, menos aún les levantarán la mano o las colmarán de insultos. Quererse es la mejor manera de alejarse de quienes no las quieren.
El silencio es un camino peligroso y sin retorno.
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