martes, 27 de octubre de 2009

Editorial-Dominación y resistencia: lo masculino y lo femenino

Por Marcela Varela

En la tarde de ayer, se realizó el segundo encuentro del Seminario “Género, Discurso y Violencia” organizado por la Cátedra Libre de la Mujer en la Universidad Nacional de La Plata.

La disertación estuvo a cargo de Moira Carriquiriborde, profesora en Historia y consultora del PNUD- Argentina; que abordó entre otros temas, el género como concepto y categoría de análisis, los Feminismos, el Patriarcado, el Sistema sexo/género y la estructura femenino /masculino; binomios que permiten ver, a través de la dicotomía espacio público/privado, invariantes permanentes que sostienen una serie de estrategias del colectivo masculino para dominar al colectivo femenino; dominación que va acompañada de discriminación y violencia.

Durante el transcurso de la exposición, Carriquiriborde daba la oportunidad al auditorio para plantear interrogantes o hacer comentarios sobre los temas tratados lo que amenizaba el encuentro.

Sin embargo, por momentos, ese “no decir nada” se llenaba de significación. Los asistentes quedaban como en estado de shock. No era para menos, se podía ver como en un film la cotidianeidad domesticada de lo femenino.

Un repensar cada momento diario de la convivencia de dos colectivos sociales que bregan, el uno por dominar (masculino) ; y el otro por resistir esa dominación (femenino); se hace sumamente necesario. Como al finalizar una sesión de psicoanálisis, las palabras de la disertante, en este caso, retumbaban en la cabeza de los asistentes, una y otra vez.

Y todo se volvió duda…Lo femenino y lo masculino en su relación cotidiana quedó bajo la lupa.

La palabra quedó cuestionada. Sí, es así, porque gran parte de los discursos tanto femeninos como masculinos, que se reproducen ad infinítum son funcionales a la dominación del colectivo femenino.

Se preguntarán, ¿cómo los discursos femeninos pueden sostener la dominación, si es ir contra el anhelo femenino de alcanzar la igualdad de género?

Pues bien, mientras la mujer siga pensando que cuando su marido llega al hogar, después de una jornada laboral, no puede pedirle o aceptar colaboración en alguna tarea hogareña, y expresé: “pobre, trabajó todo el día, está cansado” o, ante la confesión de la infidelidad de una amiga comenta: “pobre Roberto, pensar que se desloma para darle todas las comodidades y ella le paga de esa manera. Dios le da pan al que no tiene dientes”.

No se engañen, el enemigo de la igualdad de género también viste de mujer.

2 comentarios:

  1. q interesante tema! mas porq como decis al final el enemigo tambien viste de mujer...nosotras mismas..con esas excusas de "pobre"...le damos lugar.
    No por ser feminista al extremo, creo en q tanto hombre como mujer podemos hacer lo mismo.
    Aunq nos taten de feministas, solo amo ser mujer, y como vos elijo mil veces nacer otra vez mujer, y hacer respetar nuestros derechos o q se nos subestimen es una lucha pero no solo por los hombres, como decis, es parte nuestar tambien.
    Sabes si alguien graba esos seminarios?? estaria bueno poder escucharlos!

    Saludos Marce
    Rachel

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Rachel por tus comentarios.

    ResponderEliminar